Obesidad en Perros

Obesidad en Perros

Obesidad en Perros

Obesidad en Perros

Al igual que en las personas, la obesidad es un problema serio que debe tratarse con prontitud en nuestros perros, pues, entre más tiempo se deje pasar, más serán propensos a desarrollar enfermedades incapacitantes o mortales. La obesidad canina es una acumulación excesiva de grasa corporal que impide un buen funcionamiento del organismo y origina una debilidad progresiva en huesos y músculos.

Víctimas de la Epidemia

La obesidad tanto en perros pequeños chicos como grandes, reduce la calidad y expectativa de vida del animal. En Norteamérica es la enfermedad más prevenible y al mismo tiempo la más común, pues aproximadamente el 25% de perros de esa región tienen sobrepeso y obesidad.

En los últimos años el número de perros de compañía principalmente, han sido los más afectados. Los compañeros tamaño “petit” o pequeños, suelen sufrir el “Síndrome del perro pequeño”, que es cuando los propietarios de estas mascotas no dedican tiempo a su entrenamiento y ejercicio. Un perro consentido no solo tendrá problemas de comportamiento, sino que será muy vulnerable a enfermedades degenerativas por la falta de ejercicio constante. El exceso del tiempo que pasan en brazos, dormidos o acostados en los sillones o camas, mas una dieta “humanizada” a base de restos o alimentos que están fabricados para personas, es una mala combinación que tendrá consecuencias a corto o mediano plazo.

Riesgos de la obesidad canina

Algunas investigaciones publicadas por VCA Animal Hospitals, han puesto en duda cuestiones relacionadas con la grasa corporal. Anteriormente se creía que la grasa almacenaba exceso de calorías y esto aumentaba el volumen corporal, pero ahora, se ha descubierto que el tejido graso es biológicamente activo y secreta hormonas inflamatorias creando estrés oxidativo en los diferentes tejidos. Es decir, es más grave de lo que se pensaba.

Con esto, sin duda, el perro tiene mayor riesgo de desarrollar:

  • enfermedades del corazón e hipertensión.
  • osteoartritis y degeneración de articulaciones.
  • diabetes mellitus.
  • cálculos en la vejiga urinaria.
  • varios tipos de cáncer

Claro que no todo tiene que ver con una mala alimentación o falta de ejercicio. Un mínimo porcentaje de perros con sobrepeso u obesidad sufre hipotiroidismo o enfermedad de Cushing, problemas que impiden al can perder peso aunque tenga actividad física. Esto puede atenderse con un tratamiento especializado guiado por el médico veterinario.

¿Cómo saber si mi perro tiene obesidad?

Para empezar, es importante que conozcamos las características de la raza de nuestro perro, ya que algunos son robustos por naturaleza, pero hay que tener cuidado con no sobrepasar los límites. También los perros con mucho pelaje pueden ocultar el problema, por lo que se recomienda revisarlos con cierta constancia.

Peso Ideal

Para una revisión básica hecha en casa, basta con observar y medir la cobertura de costillas. Un perro con peso ideal, tendrá sus costillas palpables bajo una pequeña capa de grasa normal. El abdomen estará recogido y su cintura estará definida y posicionada detrás de las costillas, vista desde arriba.

Sobrepeso

En un perro con sobrepeso las costillas no son tan palpables y la cintura vista desde arriba no es tan prominente. Además, el pliegue abdominal es visible pero no tan definido como en un perro con peso normal.

Obesidad

Ahora, en un perro con obesidad las costillas no son palpables, a menos que se ejerza presión. Los depósitos de grasa se hacen presentes en la zona lumbar y en la base de la cola. No existe definición alguna de cintura ni visibilidad del pliegue abdominal. En casos graves el can exhibe distinción abdominal y grasa sobre el tórax, columna, cuello y extremidades.

¿Cómo ayudar a mi Perro?

Una vez que se ha identificado sobrepeso u obesidad en el cánido, es importante acudir con el veterinario para que ajuste su alimentación con una dieta, porciones y frecuencias específicas. Es probable que le recomiende productos nutricionales para reforzar los resultados sin ocasionarle un desbalance, pues la solución no es disminuirle la comida de manera abrupta. Asimismo, el veterinario especificará cuántas horas de ejercicio le serán saludables al día o a la semana, dependiendo del grado de sobrepeso.
Si su perro no está en esas condiciones aún, pero ha percibido que no va por un buen camino debido a los malos hábitos, comience por alimentarlo adecuadamente y ejercitarlo todos los días. Si es un perro pequeño, con 35-45 minutos de caminata combinada con carreras cortas bastará y algunos saltos leves serán de ayuda. Si es un perro mediano o grande y además con mucha energía, el tiempo puede ser mayor; o bien, se pueden agregar obstáculos o ejercicios un poco más intensos que fortalezcan mandíbula, sistema óseo y musculatura general. Todo ello dependerá de la raza de su perro y sus necesidades.