La erliquiosis canina (Ehrlichia canis), mejor conocida como erliquia canina, es una enfermedad zoonótica que se desarrolla principalmente en perros por las condiciones de transmisión, pero también puede presentarse en otros animales domésticos, animales salvajes, e incluso en seres humanos.
La erliquiosis canina produce anemia, causa afectaciones a la médula ósea y al sistema inmunitario de los perros. Es una enfermedad mortal si no se atiende con urgencia.
¿Cómo se transmite la Erliquia?
La bacteria Ehrlichia canis, perteneciente al género Rickettsia, es la causante de la erliquiosis y las garrapatas son la vía para transmitir la enfermedad. Pese a que los perros suelen ser más vulnerables a la infestación y picaduras de garrapatas, el humano que habita en condiciones poco salubres también está expuesto a las picaduras, las cuales podrían estar infectadas por la bacteria Ehrlichia canis.
Tipos de Erliquia Canina. ¿Cuáles son?
La erliquia canina es una enfermedad infecciosa de distribución global que se favorece en lugares de climas cálidos, como el Caribe, el sureste mexicano, la mayor parte del continente africano, entre otros lugares. Las altas temperaturas son condiciones favorables para la proliferación de garrapatas, por lo que la erliquia se convierte en una potencial amenaza.
Bacterias peligrosas: Rickettsias.
Rickettsia es un género de bacterias muy pequeñas y no móviles que pueden tener forma de bacilos, cocos o hilos. Estas dependen de la entrada, crecimiento y replicación dentro del citoplasma de las células huésped eucariotas vivas.
La gran mayoría de las infecciones por rickettsias se transmiten a través de garrapatas, ácaros, pulgas o piojos. Generan enfermedades similares y de difícil diagnóstico temprano como el tifus, fiebre de las Montañas Rocosas, fiebre botonosa mediterránea, erliquia canina, entre otras.
Pese a que las enfermedades que originan son de difícil detección y tratamiento en sus etapas iniciales, las bacterias rickettsia cuentan con ciertas características que las distinguen de la mayoría de otras bacterias, como el hecho de que solo pueden permanecer con vida y realizar procesos de multiplicación dentro de las células de un huésped y no de manera independiente en el medio ambiente.
Este tipo de bacterias son mortales ante falta de tratamiento o ante un tratamiento mal aplicado.
Una infección por rickettsias en estado avanzado, se identifica por un perro con una grave debilidad muscular, confusión, dificultad para respirar, tos profunda y algunas veces se presentan vómitos. En el peor de los casos, algunos órganos internos aumentan su tamaño por inflamación y no realizan adecuadamente sus funciones. Finalmente, en la erliquia en fase terminal, la presión arterial cae repentinamente a niveles extremadamente bajos y el animal muere.
Las infecciones por bacterias rickettsia deben tratarse de forma temprana con antibióticos para evitar el desarrollo de complicaciones que aumenten el riesgo de muerte. Generalmente el medicamento es suministrado vía intravenosa, dependiendo el estado de gravedad en el que se encuentre el perro.
Causas de la Erliquia.
La erliquia es causada por la picadura de una garrapata infectada con la bacteria Ehrlichia canis, la cual es obtenida por el contacto con un animal infectado, como un ciervo o algún tipo de cánido, por mencionar algunos ejemplos.
De esta manera es como una garrapata que no estaba infectada, se convierte en portadora de la enfermedad. Posteriormente, en su siguiente alimento, la garrapata transmitirá el patógeno a un anfitrión sano, y por lo tanto, todas las garrapatas que dependen de ese animal, se infectarán en cualquier momento.
Con lo anterior, cabe recalcar que la erliquia no es transmitida de perro a humano. Tampoco es posible que se transmita de perro a perro ni de persona a persona, a menos que se realice una transfusión de sangre; pero no es algo muy común. Generalmente se requiere a la garrapata infectada para crear el ciclo de transmisión.
¿Cuáles son los síntomas de la Erliquia en perros?
La erliquiosis canina puede tener múltiples manifestaciones, lo que podría dificultar la identificación de la enfermedad. Pero existen síntomas iniciales que un propietario puede identificar a simple vista en su perro con el fin de tomar acción a tiempo. Estos síntomas son:
Falta de apetito.
Depresión.
Inflamación ocular.
Cojera en alguna extremidad.
Hinchazón de extremidades.
Otros síntomas no tan visibles pero que pueden inspeccionarse tras los primeros síntomas detectables, son:
Fiebre.
Moretones.
Inflamación de ganglios linfáticos.
El periodo de incubación de la enfermedad es de ocho a veinte días y pueden identificarse tres fases, aunque no siempre se presentan o logran identificarse.
Fase aguda: existe presencia de garrapatas y el perro puede mostrarse apático y mostrar primero signos de debilidad. También podría presentar la inflamación de sus ganglios linfáticos.
Fase subclínica: es la fase de la incertidumbre, donde el perro puede parecer de un estado de salud normal. O puede haber superado la enfermedad por ayuda de sus anticuerpos, o está a punto de iniciar su fase crónica.
Fase crónica: el perro vuelve a enfermar y la bacteria infecta glóbulos blancos y plaquetas. Es una fase grave donde los órganos se ven afectados y el estado de salud del animal se reduce drásticamente.
¿Cómo tratar la ehrlichia?
Ante un solo síntoma, la única manera de prevenir un fatal desenlace es acudiendo al médico veterinario para una mejor valoración donde se identifique el tipo de erliquia mediante una serie de estudios, y posteriormente se dé inicio a un tratamiento adecuado. No aplique remedios caseros ni medicina para humanos. No intente “curar” una erliquia en casa, ya que podría empeorar la situación. Es importante no dejar que más síntomas continúen manifestándose para atender el problema; pues entre más tiempo pase, más difícil será salvar la vida del animal.
Siga al pie de la letra todas las recomendaciones médicas sobre la alimentación del perro, así como sobre su actividad física, limpieza y cuidado. Esto se tendrá que realizar permanentemente, pues la erliquia es una enfermedad incurable donde se requieren ciertos cambios que brinden al perro una excelente calidad de vida.
Aprende a detectar la Rabia canina a tiempo. Estos son los síntomas iniciales…
De igual manera, mantenga segura a su familia de una infección por erliquia realizando modificaciones en los hábitos de limpieza del hogar y previniendo la portación de garrapatas en su perro. No aplique a su perro con erliquia ningún tratamiento antipulgas o antigarrapatas sin antes consultar al veterinario. De lo contrario, podría ocasionar la muerte de su mascota.
Si sospechas que algún miembro de tu familia ha sido infectado, no dudes en realizar los respectivos estudios.
Hasta el momento no existe vacuna preventiva contra la erliquia, pero sí medidas para prevenir la enfermedad en los canes, siendo la principal de ellas, la higiene y la limpieza constante de los espacios donde los perros duermen, transitan y realizan sus necesidades fisiológicas.
De igual forma, si su perro suele escapar de casa y llegar con garrapatas, solucione el problema mediante enrejados más altos y/o firmes, entrenamiento canino o sustancias repelentes para baños y paseos recetadas por el veterinario.
Erliquia en humanos.
La sintomatología de la erliquia canina es similar en seres humanos: no se presentan precisamente de manera simultánea y varían de una persona a otra. Los síntomas más comunes son:
Fiebre leve
Dolor de cabeza
Escalofríos
Dolores musculares y/o articulares
Piel irritada
Falta de apetito
Náuseas y/o vómitos
Diarrea
Confusión
Tos
La erliquia en personas no siempre es grave. Algunas veces se presenta de forma tan leve, que los propios anticuerpos se encargan de luchar contra los patógenos. No obstante, los síntomas sin atender por varios días, pueden desarrollarse y empeorar el estado de salud de una persona, al grado de requerir hospitalización inmediata.
Los malestares pueden aparecer hasta dos semanas después de una picadura de garrapata, así que no se deben descartar las posibilidades de una infección por erliquiosis ante cualquier síntoma manifestado.
Las complicaciones derivan en insuficiencia renal, respiratoria o cardíaca. También pueden presentarse convulsiones o entrar en estado de coma.
Fuentes:
vcahospitals.com/know-your-pet/ehrlichiosis-in-dogs
cvbd.org/static/documents/digest/CVBD_Easy-to-digest_no_7_ehrlichiosis.pdf
mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/ehrlichiosis/symptoms-causes/syc-20372142
msdmanuals.com/es-mx/hogar/infecciones/infecciones-por-rickettsias-e-infecciones-relacionadas/introducci%C3%B3n-a-las-infecciones-por-rickettsias
axonveterinaria.net/web_axoncomunicacion/auxiliarveterinario/25/AV_25_Ehrlichiosis_canina.pdf
Todo sobre la Epilepsia en los Perros.
La epilepsia en los perros es una enfermedad crónica que provoca ataques o convulsiones que les es imposible controlar; es decir, son alteraciones involuntarias por actividades musculares. Se trata de un trastorno neurológico crónico bastante común en perros y que en la gran mayoría de los casos no se puede curar. El término científico para el ataque es “ictus”.
La epilepsia ocurre por actividades eléctricas anormales en el cerebro, conducido a cambios repentinos y breves en el comportamiento y movimiento de un perro. Suelen ser impredecibles y ocurrir a intervalos irregulares, pero esto depende también del tipo de raza.
Algunas razas son más propensas que otras de padecer epilepsia; de igual forma, se ha demostrado una base hereditaria para algunos tipos de convulsiones en varias razas.
Las convulsiones consisten en 3 componentes:
1. Fase preictal.
En este período el perro tiene un comportamiento alterado donde suele estar nervioso, temeroso y ansioso por buscar a su dueño. Algunas veces gime, tiembla o saliva de más. Todos estos signos aparecen segundos antes u horas antes del ataque, pero pareciera que el perro sabe que algo extraño va a ocurrir.
2. Fase ictal.
Es la convulsión en sí, la cuál tiene una duración de pocos segundos hasta 5 minutos, un tiempo bastante prolongado en estos términos. El perro pierde el conocimiento o sufre un cambio en la conciencia mental. Los músculos del cuerpo se contraen y las patas se mueven mientras lo demás está paralizado. La cabeza es enviada hacia atrás y en algunos casos, la micción, defecación y salivación aparecen.
Si después de 5 minutos el perro continúa en ese estado, se dice que se encuentra en estado epiléptico, lo que significa una emergencia inmediata.
3. Fase postictal.
Se da al término de la convulsión. En esta etapa el propietario está más tranquilo, y aunque el perro también, existe confusión, desorientación, ritmo cardíaco acelerado, inquietud, salivación y en ciertos casos ceguera temporal. Los médicos aseguran que no existe una correlación directa entre la gravedad del ataque o convulsión y lo que dura la fase postictal.
Causas de la epilepsia canina
La epilepsia idiopática o primaria, es decir, la que no tiene una causa identificable, es la forma más común de convulsiones en un perro. Es muy probable que su origen tenga una base genética.
La epilepsia sintomática se debe a lesiones cerebrales identificables como tumores, hidrocefalia, accidentes cerebrovasculares, etc. O bien, a causas metabólicas como enfermedades hepáticas, insuficiencia renal, intoxicaciones, etc.
Las convulsiones pueden darse en momentos de cambio de actividad cerebral, como por ejemplo, durante la alimentación, los juegos o la excitación.
Señales de que mi perro es epiléptico.
Algunas veces la epilepsia puede confundirse con otros padecimientos. Para un mejor diagnostico, es importante que el propietario del perro narre los hechos detalladamente o que muestre filmaciones para observar mejor las características de los ataques.
Si su perro tiene al menos dos ataques no provocados con más de 24 horas de diferencia, la probabilidad es alta.
Tres puntos que podría revelar un video o un testimonio son:
– La pérdida de control voluntario. Si las convulsiones son sacudidas o espasmos musculares donde el perro no puede controlar los movimientos.
– Si los movimientos comienzan y terminan de manera repentina.
– Si los movimientos son similares en cada ataque presentado y con ciertos patrones repetitivos.
– Observar posición de las patas, de la cabeza, si su cuerpo se sacude o se estira, si su hocico permanece estático o se mueve como “masticando”, etc., etc.
Tratamiento.
Un perro con epilepsia puede tener una vida larga y plena, siempre y cuando la actividad convulsiva esté controlada.
El tratamiento debe iniciarse tan pronto se diagnostique la enfermedad y lo mejor, es centrarse en el control del ictus, ya que hasta el día de hoy no existe un tratamiento para evitarlos. Este tratamiento consiste en medicinas de emergencia recetadas para reducir la duración de un episodio epiléptico.
El objetivo es diminuir la frecuencia y la intensidad o gravedad de las convulsiones para que los efectos secundarios también sean menores. Con ello se pretende crear una mejor calidad de vida para el perro y menos momentos de angustia para el propietario. Solamente en casos extremos, cuando no pueden controlarse las convulsiones ni en frecuencia ni en intensidad, o si el perro sufre daño cerebral irreversible, la eutanasia es considerada.

Qué hacer ante un ataque de epilepsia canina.
Sabemos que a ningún dueño le gusta mirar a su perro en esas condiciones, pero lo más importante es conservar la calma. Estos eventos no son dolorosos, a pesar de que lucen demasiado dramáticos, impactantes o violentos.
Es importante que cuidemos que el perro no vaya a lesionarse con algún objeto como muebles o sillones, y en caso de que el ataque lo tome de sorpresa en un área peligrosa o al lado de una barrera que no pueda moverse, como una pared, intente con mucho cuidado, colocar alguna almohada o cojín para evitar que se lastime o sobrepase un área.
Bajo ninguna circunstancia mueva bruscamente al perro o se acerque a su hocico, pues podría recibir una mordedura sin intención. De igual manera, aleje a niños o personas que lo rodean debido al pánico o confusión creados.
Un propietario con un perro epiléptico puede desarrollar estrés al observar las manifestaciones de la enfermedad. Se sugiere concentrarse en observar horarios, con qué alimentos, o con qué movimientos o situaciones el perro suele tener más ataques. Realice una bitácora. Esto puede llevar tiempo pero ayudará mucho tanto al veterinario como por supuesto, a su animal. Manténgase positivo y brinde la atención y cariño que esté en sus posibilidades.
Mitos más comunes sobre la epilepsia canina.
Alrededor de esta enfermedad existen muchos mitos. Hace varios años atrás, se pensaba que personas o animales que exhibían estos ataques era por posesiones demoníacas. Aunque eso ya es bien sabido que es falso, aún existe cierta desinformación que se requiere aclarar.
1. Los perros no pueden tragarse su propia lengua en un ataque epiléptico.
2. No es una enfermedad por ‘embrujo’. La epilepsia debe considerarse como cualquier otra condición médica, tal como una artritis o una diabetes.
3. La epilepsia no es una enfermedad específica. Es algo complejo que puede tener una amplia gama de manifestaciones clínicas y los detonantes son muy variados, así como el tiempo de duración.
Fuentes:
https://www.thekennelclub.org.uk/health/for-owners/epilepsy/
https://vcahospitals.com/know-your-pet/seizures-general-for-dogs
Canine Epilepsy: Demystifying The Myths
Erliquia en Perros, Síntomas y Tratamiento.
La erliquia canina es una enfermedad infecciosa que se transmite por garrapatas a causa de un organismo patógeno denominado Ehrlichia canis. Aunque este padecimiento se distribuye por todo el mundo, se produce mayormente en regiones con climas cálidos. Los humanos podrían infectarse después de la exposición con garrapatas.
¿Cómo se infecta un perro con erliquia?
Se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas. Estas garrapatas se identifican por ser de color marrón. Rhipicephalus sanguineus, es el portador principal, pero se ha demostrado que otras especies de garrapatas del género Ixodes, Amblyomma y Otobius también la transmiten.
Otra forma de contagio menos común es por medio de una transfusión de sangre de un perro infectado hacia un perro sano.
Tipos de erliquia:
Se identifican dos tipo de erliquia. Una afecta los glóbulos blancos, rojos y plaquetas. La otra denominada “erliquia platys”afecta directamente a las plaquetas. Ambas son muy peligrosas, pero la segunda se caracteriza por provocar trombocitopenia cíclica infecciosa; es decir, los niveles de plaquetas es tan bajo, que el animal presenta moretones en todo el cuerpo, además de posible sangrado por la nariz.
Existe otro tipo de erliquia que se manifiesta en varias regiones de los Estados Unidos. Esta se conoce como ehrlichiosis granulocítica canina (CGE) y se transmite también por una garrapata conocida como Amblyomma americanum, quien solo permanece en dicho país de América.
Síntomas de la erliquia.
En ambos tipos de erliquia existen síntomas. Un perro puede lucir normal días después de una mordedura de garrapata infectada. Si sus anticuerpos no pueden combatirlo, se iniciará la fase aguda de la infección, donde la bacteria se está reproduciendo en algún tipo de glóbulo banco para diseminarse por todo el cuerpo.
Los síntomas más visibles en el perro son:
Fiebre
Depresión
Letargo
Anemia
Poco apetito o anorexia
Moretones
Inflamación de ganglios linfáticos
Inflamación crónica del ojo
Anomalías neurológicas
Cojera por dolor articular
Hinchazón de extremidades

Los síntomas de CGE son similares a estos mencionados, con probabilidad de que el perro también presente vómitos y diarrea.
Los signos se dividen en tres etapas: aguda (enfermedad temprana), subclínica (sin signos externos) y crónica (infección de larga duración).
La fase aguda dura entre dos a cuatro semanas, mientras la subclínica está presente sin causar signos externos de la enfermedad; es decir, puede ser que los propietarios no se percaten de la infección, lo que la hace una fase peligrosa. Lo mejor que puede ocurrir, es que el organismo del perro expulse el patógeno; pero si no, el padecimiento progresará a la siguiente etapa.
La gravedad de la enfermedad está en que si la principal productora de células sanguíneas, es decir, la médula ósea, falla, no hay manera de que el perro las produzca, por lo que muere.
Diagnóstico.
Es un poco difícil detectar la enfermedad en su etapa inicial, mientras que el sistema inmune generalmente responde con anticuerpos de dos a tres semanas después de la presencia.
El médico puede emitir un diagnóstico favorable si ante un solo síntoma, el propietario realiza pruebas de sangre. Lo primero que hará un médico veterinario es revisar el historial de salud, realizar un examen físico general y un hemograma completo, así como un panel de química sanguínea, análisis de orina, examen fecal y otras pruebas específicas que revelará cifras determinadas. Como por ejemplo, números de plaquetas y de anticuerpos, lo que finalmente comprobará si se trata de erliquia o de alguna otra afección.
Pregunte a su veterinario por el examen microscópico y diagnóstico molecular PCR. Ello le permitirá un mejor diagnóstico.
Tratamiento.
El médico puede recetar antibióticos una vez al día por algunas semanas, así como otros tipos de medicamentos, pero es importante asegurarse de que otros órganos del perro no vayan a dañarse demasiado. Discuta todas las opciones posibles con su médico veterinario y que recomiende la mejor. Si el perro recibe tratamiento de manera oportuna, su condición mejorará hasta quedar fuera de peligro.
Cuando el perro ya presenta anemia severa o problemas de sangrado, es urgente realizarle una transfusión de sangre. No obstante, esto no trata la enfermedad subyacente.
Cómo evitar la erliquia.
No existe vacuna para proteger a los perros de las garrapatas, solo medidas de prevención.
Para prevenir la enfermedad es necesaria una correcta higiene de los perros y del lugar donde se encuentran. Un perro que ha sido infectado, puede caer nuevamente. Los lugares insalubres donde se halla excrementos, basura, vegetación crecida y calor constate, son idóneos para la proliferación. Además de la limpieza, el uso de productos antigarrapatas y pulgas, ayudará a mantenerlas alejadas por un tiempo. Esto debe repetirse continuamente para evitar que se reproduzcan hasta llegar a poblaciones incontrolables. Los líquidos y pastillas masticables deben ser supervisadas por un veterinario.
¿Puedo contraer erliquia de mi perro?
Los humanos no pueden contraer la enfermedad directamente del perro, pero sí por picaduras de garrapatas, siendo esta la única manera. Los perros infectados son indicadores de que la presencia de estos parásitos podrían afectar nuestra salud. Es por ello que la higiene no solo debe estar presente en nuestros animales, sin en todo lugar donde convivimos con ellos.
Fuentes
https://www.petmd.com/dog/parasites/signs-and-symptoms-ehrlichiosis-dogs
https://vcahospitals.com/know-your-pet/ehrlichiosis-in-dogs
https://www.cvbd.org/static/documents/digest/CVBD_Easy-to-digest_no_7_ehrlichiosis.pdf
Al igual que en las personas, la obesidad es un problema serio que debe tratarse con prontitud en nuestros perros, pues, entre más tiempo se deje pasar, más serán propensos a desarrollar enfermedades incapacitantes o mortales. La obesidad canina es una acumulación excesiva de grasa corporal que impide un buen funcionamiento del organismo y origina una debilidad progresiva en huesos y músculos.
La obesidad tanto en perros pequeños chicos como grandes, reduce la calidad y expectativa de vida del animal. En Norteamérica es la enfermedad más prevenible y al mismo tiempo la más común, pues aproximadamente el 25% de perros de esa región tienen sobrepeso y obesidad.
En los últimos años el número de perros de compañía principalmente, han sido los más afectados. Los compañeros tamaño “petit” o pequeños, suelen sufrir el “Síndrome del perro pequeño”, que es cuando los propietarios de estas mascotas no dedican tiempo a su entrenamiento y ejercicio. Un perro consentido no solo tendrá problemas de comportamiento, sino que será muy vulnerable a enfermedades degenerativas por la falta de ejercicio constante. El exceso del tiempo que pasan en brazos, dormidos o acostados en los sillones o camas, mas una dieta “humanizada” a base de restos o alimentos que están fabricados para personas, es una mala combinación que tendrá consecuencias a corto o mediano plazo.
Riesgos de la obesidad canina
Algunas investigaciones publicadas por VCA Animal Hospitals, han puesto en duda cuestiones relacionadas con la grasa corporal. Anteriormente se creía que la grasa almacenaba exceso de calorías y esto aumentaba el volumen corporal, pero ahora, se ha descubierto que el tejido graso es biológicamente activo y secreta hormonas inflamatorias creando estrés oxidativo en los diferentes tejidos. Es decir, es más grave de lo que se pensaba.
Con esto, sin duda, el perro tiene mayor riesgo de desarrollar:
- enfermedades del corazón e hipertensión.
- osteoartritis y degeneración de articulaciones.
- diabetes mellitus.
- cálculos en la vejiga urinaria.
- varios tipos de cáncer
Claro que no todo tiene que ver con una mala alimentación o falta de ejercicio. Un mínimo porcentaje de perros con sobrepeso u obesidad sufre hipotiroidismo o enfermedad de Cushing, problemas que impiden al can perder peso aunque tenga actividad física. Esto puede atenderse con un tratamiento especializado guiado por el médico veterinario.
¿Cómo saber si mi perro tiene obesidad?
Para empezar, es importante que conozcamos las características de la raza de nuestro perro, ya que algunos son robustos por naturaleza, pero hay que tener cuidado con no sobrepasar los límites. También los perros con mucho pelaje pueden ocultar el problema, por lo que se recomienda revisarlos con cierta constancia.
Para una revisión básica hecha en casa, basta con observar y medir la cobertura de costillas. Un perro con peso ideal, tendrá sus costillas palpables bajo una pequeña capa de grasa normal. El abdomen estará recogido y su cintura estará definida y posicionada detrás de las costillas, vista desde arriba.
En un perro con sobrepeso las costillas no son tan palpables y la cintura vista desde arriba no es tan prominente. Además, el pliegue abdominal es visible pero no tan definido como en un perro con peso normal.
Ahora, en un perro con obesidad las costillas no son palpables, a menos que se ejerza presión. Los depósitos de grasa se hacen presentes en la zona lumbar y en la base de la cola. No existe definición alguna de cintura ni visibilidad del pliegue abdominal. En casos graves el can exhibe distinción abdominal y grasa sobre el tórax, columna, cuello y extremidades.
Una vez que se ha identificado sobrepeso u obesidad en el cánido, es importante acudir con el veterinario para que ajuste su alimentación con una dieta, porciones y frecuencias específicas. Es probable que le recomiende productos nutricionales para reforzar los resultados sin ocasionarle un desbalance, pues la solución no es disminuirle la comida de manera abrupta. Asimismo, el veterinario especificará cuántas horas de ejercicio le serán saludables al día o a la semana, dependiendo del grado de sobrepeso.
Si su perro no está en esas condiciones aún, pero ha percibido que no va por un buen camino debido a los malos hábitos, comience por alimentarlo adecuadamente y ejercitarlo todos los días. Si es un perro pequeño, con 35-45 minutos de caminata combinada con carreras cortas bastará y algunos saltos leves serán de ayuda. Si es un perro mediano o grande y además con mucha energía, el tiempo puede ser mayor; o bien, se pueden agregar obstáculos o ejercicios un poco más intensos que fortalezcan mandíbula, sistema óseo y musculatura general. Todo ello dependerá de la raza de su perro y sus necesidades.