
La Muda de Dientes en los Perros
La Muda de Dientes en los Perros.
Los cachorros tienen algunas similitudes con los bebés humanos: requieren mucho cariño y atención, les gusta explorar, son juguetones, requieren leche con frecuencia y sí, desarrollan y mudan dientes una sola vez. Un cachorro desarrolla muy rápidamente sus iniciales 28 piezas dentales, las cuáles se convertirán en 42 en su etapa adulta, aunque cabe mencionar que este último número varía con el tipo de raza, pues algunos cuentan con un hocico más estrecho que no puede albergar tantos dientes. Esto no es considerado un problema, sino más bien, una adaptación a la naturaleza de cada perro.
Los dientes de una cría de perro comienzan a ser visibles a partir de las 2 semanas de vida y terminan de crecer entre las 8 y 10 semanas de edad, siendo los primeros en salir los incisivos, seguidos de los caninos y por último los premolares.
Pérdida de dientes y estimulación.
Se recomienda que los cachorros también reciban un suave masaje de encías para estimular un mejor crecimiento, y es que además será más fácil para los propietarios y para el veterinario asear o revisar esta parte.
Las primeras piezas dentales temporales son más débiles que las próximas. En términos humanos son los “dientes de leche” que caracterizan la etapa infantil y donde los pequeños permanecen con una dentadura incompleta durante un breve tiempo.
Los perritos comienzan a perder sus dientes provisionales alrededor de los 4 meses de edad y generalmente son los dientes caninos los últimos que se pierden aproximadamente a los 6 meses. Tan pronto estos se pierdan, los permanentes comienzan a hacer presencia.
Los dientes se caen solos y lo ideal sería cuidar que los perros no los ingieran. En caso de que los dientes temporales de un perro duren más de 30 semanas, lo ideal es visitar al veterinario para que los extraiga, pues podría afectar el desarrollo de los permanentes y crear una mordida o alineación incorrecta. No se aconseja que los propietarios intenten sacarlos ni crear trucos como con los niños pequeños.
Se recomienda que los cachorros también reciban un suave masaje de encías para estimular un mejor crecimiento.
Durante la transición de cambio de dientes, los canes experimentan comezón y ganas de morder, tal como los bebés humanos. Realmente no se puede hacer mucho contra esto, mas que proporcionarles productos masticables diseñados para ello y enseñar que solamente eso pueden morder. Después de algunas repeticiones y correcciones, el perro entenderá que tal objeto u objetos son de su propiedad, y por lo tanto, sí puede masticarlos. Los juguetes o mordederas deben ser suaves y bastante flexibles para estimular sus encías y mandíbula sin exceder.
Dientes permanentes.
Médicos veterinarios de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, señalan que los primeros dientes que erupcionan son los incisivos entre los 2 y 5 meses de edad, seguidos de los caninos entre los 4 y 6 meses; los premolares entre los 4 y 7 meses y por último las añadidas piezas molares entre los 5 y 7 meses. En promedio, un perro debe tener una dentadura permanente completa a sus 7 u 8 meses de vida.
Cuidado de dientes permanentes.
Una vez que el perro ya luce su nueva dentadura, la fuerza no será la misma y los cuidados de higiene deben ser mayores. El cepillado debe comenzar desde temprana edad para que el perro lo vaya considerando como un hábito rutinario y no se torne agresivo o rebelde.
Debe emplearse un cepillo de dientes con cerdas muy suaves especial para perros y una pasta formulada especialmente para ellos. Nunca utilice pasta dental para humanos, pues sus componentes podrían ocasionar reacciones desfavorables. Recordemos que ellos pueden tragar el producto, además de que no se enjuagan y escupen como nosotros; por lo tanto, el flúor y otros ingredientes activos puede dañar los dientes con la constancia.
Solo levante los labios y cepille suave y despacio dientes y encías. No es necesario ser tan insistente en una determinada área, pues podría causar irritación o dolor. El agua tibia es la más recomendable para estos casos.

Limpieza dental canina.
Los alimentos crujientes y secos son parte también de su limpieza, ya que al raspar con los dientes se reduce la acumulación de sarro y elimina algunos restos acumulados, aunque esto no significa que el cepillado dental deba omitirse.
En caso de que el perro muestre encías rojas, hinchadas o sangrantes, dientes rotos, aliento desagradable, sangre en la saliva, babeo frecuente o rechazo a su comida, entonces es necesario acudir con el médico veterinario para descartar algún daño causado por acumulación de placa o un incorrecto cepillado.
Los dientes de un perro no solo fungen como piezas necesarias para masticar su comida, sino también para sentirse seguros ante el peligro. Anteriormente el cepillado canino era una práctica poco empleada, pero al observar que los canes desarrollaban menores problemas bucales al ser aseados, ahora forma parte de un cuidado integral y responsable hacia nuestra mascota.
Fuentes.
https://www.purina.com.au/puppies/health/teeth
https://www.petmd.com/dog/care/puppy-teeth-everything-you-need-know